2020Al díaEn memoria del Dr. Rafael NavarroPlaneta Rojo

¿Hay virus en Marte?

Una visión desde la astrobiología

El domingo 30 de octubre de 1938, en la víspera de Halloween, a las 21 horas, un ejército de naves alienígenas procedentes del planeta Marte comenzó a invadir radiofónicamente la Tierra, destruyendo todo lo que encontraba a su paso con rayos calóricos letales… Derrotados los humanos y casi al borde de la extinción, súbitamente… Los alienígenas empiezan a morir misteriosa e irremediablemente… Fueron los virus y bacterias terrestres quienes aniquilaron a los invasores marcianos, y se salvó la humanidad.

Primero en novela (1898), después en radio (1938) y finalmente en cine (1953), La guerra de los mundos impuso dos grandes realidades: el poder de la radiodifusión, cuando el joven Orson Wells aterrorizó a muchos estadounidenses con su narración a través de la radio, y el poder casi invencible de los virus y bacterias (en el asedio de Tenochtitlan ya lo había demostrado el virus de la viruela).

Primera fase: en busca de vida

Hoy, más de un siglo después del inicio de esta gran ficción, germinada en la mente del escritor británico H. G. Wells, la pregunta real que responde el doctor Rafael Navarro es ¿Podría haber virus en Marte y otros lugares del cosmos?, como parte del Festival de arte y ciencia El Aleph 2020, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México.

“Soy Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM y coinvestigador de la misión robótica Curiosity de la NASA, que explora la superficie de Marte desde el año 2012, y de la misión robótica ExoMars, que va a salir en dos años y que explorará también la superficie marciana”.

El astrobiólogo inició su exposición recordando cinco características de Marte: es el planeta más parecido a la Tierra de los que conforman nuestro sistema solar; es más pequeño que nuestro planeta azul; prácticamente está seco; soporta temperaturas muy bajas, de menos 50 °C; y su presión es casi inexistente, “apenas de unos cuantos milibares, equivalente a la que tenemos a 35 kilómetros de altura en nuestra atmósfera”.

Así luce ahora el planeta rojo, porque hace 4,000 millones de años era todo lo contrario, pues su atmósfera era muy densa y, probablemente, rica en dióxido de carbono, hidrógeno y nitrógeno, elementos básicos para la aparición de la vida. ¿Qué pasó, entonces?
¡Gran sorpresa! “Creemos que fue más factible que la vida apareciera en Marte antes que en la Tierra”, expresó el científico. Hubo colisiones de asteroides que impactaron en la superficie marciana y desprendieron rocas, las cuales saltaron al espacio exterior. Después de mucho tiempo, la mayoría retornó a la superficie marciana, pero otras derivaron hacia la Tierra “y pudieron traer bacterias en su interior y colonizar nuestro planeta”. Pero hasta el momento es solo una teoría científica, pues aún no hay evidencias sólidas que lo demuestren.

El doctor Navarro hizo un repaso breve de las primeras misiones espaciales de la NASA para buscar vida en Marte. A mediados de los setenta las naves Vikingo exploraron ese planeta en busca de alguna evidencia de vida microbiana a través de módulos de amartizaje dotados de diferentes experimentos para detectar su presencia. Dos décadas después, continuarían esta labor los robots Pathfinder, Spirit, Opportunity y Curiosity.

Tres positivos y un negativo

Recordó Navarro González que las naves Vikingo hicieron tres experimentos microbiológicos. El primero tuvo como objetivo ver qué tipo de gases se intercambiaban entre el suelo marciano y el ambiente de la cámara puesta en el incubador en la misión; se agregó agua al suelo marciano y se incubó; tras varios días se constató la liberación de dióxido de carbono y oxígeno. “Este fue un hallazgo muy interesante porque sugería la presencia de actividad biológica”.

En otro experimento se añadió dióxido de carbono marcado radioactivamente y se iluminó con luz artificial para replicar vida marciana en el interior de la nave a fin de ver si se realizaba fotosíntesis. Después de varios días se encontró que sí era posible convertir el dióxido de carbono marcado en compuestos orgánicos.

El tercero de los experimentos mostró que al incubar nutrientes en suelo marciano estos se descomponían en la misma forma en que lo hacen en la Tierra.

Las tres pruebas arrojaron resultados positivos. No obstante, se efectuó un experimento químico para detectar la presencia de compuestos orgánicos en el suelo marciano, el cual reveló que no había presencia de estos compuestos. Sorpresivamente, el análisis químico sugirió que no podía haber vida tal como la que conocemos hoy, aunque esto no descartaba la posibilidad de que hubiera habido vida en el pasado del planeta rojo.

¿Restos de vida en un meteorito marciano?

Después de esas misiones astrobiológicas decayó el interés por seguir buscando vida en Marte. Pero en 1984 se descubrió el meteorito Allan Hills, de casi dos toneladas, que había caído en la Antártida. Su estudio reveló evidencias de algunos cristales de carbonatos y la presencia de compuestos orgánicos y microestructuras que parecían bacterias fosilizadas.

Se pensó entonces que se habían descubierto reliquias de bacterias provenientes de Marte. Se cree que este meteorito salió eyectado de la superficie marciana hace unos 13 millones de años. Esa, hasta hoy, es la primera evidencia del transporte de vida de un planeta a otro.

Sin embargo, todas las conclusiones del meteorito de la Antártida fueron borradas del libro de los anales científicos porque se comprobó que estuvo 13,000 años enterrado en la Antártida y que sus compuestos orgánicos y carbonatos eran similares a los de su ambiente terrestre.

La teoría de la coexistencia de la vida

La vida en Marte y la Tierra tal vez coexistió hace unos cuatro mil millones de años, explica el doctor Navarro, cuando apareció en los dos planetas “y creemos que pudo haber estado intercambiándose por colisiones entre asteroides y cometas que caían en ambos planetas eyectando rocas contaminadas con bacterias, las cuales llegaban eventualmente a la superficie de Marte o de la Tierra”.

Esta teoría se sustenta, entre otros, en pruebas realizadas en la Estación Espacial Internacional, adonde se llevaron rocas con bacterias y se comprobó que las bacterias, hongos y cianobacterias pueden sobrevivir hasta un año y medio en condiciones extremas del medio interestelar con temperaturas muy bajas y niveles de radiación muy elevados.

Como resultado, declara el colaborador de la NASA, “creemos que a la Tierra han llegado rocas contaminadas con microorganismos de Marte a lo largo de la historia. Y no se ha hallado evidencia alguna de que hayan ocurrido catástrofes en la biosfera terrestre por la llegada de estas rocas posiblemente contaminadas con bacterias o virus marcianos”.

Asume el doctor Navarro que las misiones Vikingo y los robots Pathfinder, Spirit, Opportunity, Curiosity pudieran haber llevado bacterias o virus a Marte. No obstante, reconoce también que esos organismos no pueden desarrollarse porque las condiciones del planeta rojo son muy hostiles.

Las precauciones de la ciencia

Ante el riesgo de contaminación, se creó un Panel de Protección Planetaria con investigadores de diferentes países, el cual define y monitorea las medidas de seguridad, mas no solo para proteger el ambiente marciano, sino también al terrestre cuando en el futuro los astronautas traigan rocas de Marte a la Tierra.

En conclusión, recopila el astrobiólogo Rafael Navarro González, es posible que haya vida en Marte, pero aún se desconoce si esa vida pudiera tener un origen común al de la Tierra, porque podrían haber estado emparentadas por el intercambio de rocas entre ambos planetas. Aun así, la posibilidad de generar pandemias con este tipo de organismos es elevada y debemos tener el máximo cuidado.

por José Antonio Alonso García

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