2022, Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible

Por Yassir Zárate Méndez

Se trata de una iniciativa impulsada por más de 50 organizaciones científicas internacionales, como el Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire (CERN), la Unión Internacional de Física, el Centro de Física Teórica Abdus Salam, de la propia UNESCO y hasta 28 ganadores del Premio Nobel, entre otras agrupaciones y personajes.

Como muchas otras actividades, el proyecto se vio afectado por la COVID-19, por lo que hasta este momento la Asamblea General de la ONU sigue sin pronunciarse para formalizar la conmemoración. Por esa misma razón, se ha determinado que este año internacional comenzará a mediados de 2022 y se prolongará hasta la primera mitad de 2023, a diferencia de otros años internacionales, cuyo arranque de actividades ha coincidido con el inicio del año calendario.

Sin embargo, en diferentes puntos del planeta ya han comenzado los preparativos para este magno evento, que prevé numerosas actividades, bajo ejes rectores muy claros y ambiciosos.

Es así como el Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible buscará destacar el papel crucial que juega el conocimiento científico en nuestra vida cotidiana.

La ciencia está en todas partes

Independientemente del grado de bienestar alcanzado por las comunidades en todo el planeta, es innegable que los dispositivos con que actualmente contamos y las comunicaciones que nos permiten un estrecho contacto a pesar de la distancia que nos separa, son el resultado de los avances en ciencia básica, transferidos posteriormente al campo de las tecnologías.

La ciencia está en todas partes. Ahora, con este Año Internacional patrocinado por la UNESCO también se buscará reforzar otras áreas, como la popularización y divulgación de la ciencia, a través del uso de las redes sociales.

Asimismo, se buscará formar nuevas vocaciones, mostrando que la investigación puede ser amena y divertida.

De igual manera, en la agenda se encuentra el afianzamiento entre instituciones y entidades gubernamentales y educativas para dar forma a nuevos proyectos de investigación transdisciplinarios y con equidad de género.

Importancia de la ciencia

Sobre esta actividad, el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, el Dr. William Lee Alardín, sostuvo que “lo que le toca a la ciencia es generar conocimiento, hacer propuestas de soluciones y de política pública y de herramientas”.

En esta línea de argumentación, señaló que toca a los tomadores de decisiones la implementación de políticas públicas orientadas a fomentar estas tareas.

“De todo eso es responsabilidad de quien está en el gobierno en su momento, a nivel local, municipal, estatal, federal. Que se tomen o no se tomen esas decisiones, ya está fuera del ámbito de la comunidad científica”, asentó el Dr. Lee Alardín.

Es así como destacó la trascendencia del Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible.

“Me parece una declaración de la mayor importancia. Hay un evento inaugural el año próximo, no empieza el primero de Enero. El evento insignia va a ser a mitad del año, pero es importante ir poniendo sore la mesa esto desde ahora, en un momento en donde falta mucho por hacer en la materia, en muchos países. Y sí está presente, pues acaba de pasar la COP 26, todo el mundo tiene en la cabeza el cambio climático, pero las soluciones que se requieren para eso dependen de poner el foco en que hay que empezar desde abajo”, argumentó el titular de Coordinación de la Investigación Científica.

Tocante a la situación de la ciencia en nuestro país, refirió que hace falta más investigación y personal calificado para efectuarla, así como infraestructura, recursos y estabilidad “en todo esto que acabo de decir, en la certidumbre de que va a haber infraestructura, personal, motivación y recursos para esto en todas las áreas. Y desgraciadamente, hemos tenido en México muchos vaivenes; muchas subidas y bajadas, en el lanzamiento y en el apoyo de la ciencia”, reseñó.

El diagnóstico de la UNESCO

En el documento Informe de la UNESCO sobre la ciencia. La carrera contra el reloj para un desarrollo más inteligente, publicado en   2021, el organismo multilateral reconoce que “las prioridades de desarrollo se han armonizado en los últimos cinco años, y los países de todos los niveles de renta priorizan su transición hacia sociedades digitales y ecológicas. Con el fin de acelerar esta transición, los gobiernos están diseñando nuevas herramientas políticas para facilitar la transferencia de tecnología a la industria”.

En contraste, la UNESCO recoge que ocho de cada diez países siguen dedicando menos del 1% del producto interno bruto a la investigación. Se trata de países que son “en gran medida receptores de conocimientos científicos y tecnología extranjeros”.

De esta manera, aunque los países dedican más recursos a tecnología ecológica, la ciencia de la sostenibilidad sigue siendo marginal a nivel mundial.

Por tal motivo, la UNESCO recomienda que “todos los gobiernos deben velar por que las políticas y los recursos necesarios para la doble transición apunten en la misma dirección en los distintos sectores económicos y contribuyan al mismo objetivo estratégico de desarrollo sostenible”.

Es en ese contexto que se inscribe el Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible.