Biofungicida amigable con el medio ambiente

En los laboratorios de investigación científica se prefigura el futuro. Y eso es lo que está pasando, por ejemplo, en el Instituto de Biotecnología.

Durante el pasado mes de noviembre se celebró el evento más importante de la industria agropecuaria en México, la Expo-Agroalimentaria Guanajuato 2012. Tal vez no habría sido tan significativa de no haber estado allá como invitado un grupo de científicos universitarios, felices porque al fin habían logrado desarrollar un producto biológico para controlar una de las peores enfermedades del mango, la antracnosis, cuyos síntomas son esas manchas ne-gras que lo afean y echan a perder.

El equipo que materializó este proyecto de innovación tecnológica ha estado liderado por los doctores Enrique Galindo Fentanes y Leobardo Serrano Carreón, del Insti-tuto de Biotecnología de la UNAM (IBt), y en el que han participado el maestro en ciencias Martín Patiño Vera y los doctores Raúl Allende Molar y Raymundo García, además del también maestro en ciencias Armando Carrillo Facio, del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Unidad Culiacán.

Postre ecológico

A nivel mundial, diariamente desperdiciamos millones de toneladas de alimentos. Incluso, dicen algunos conocedores del tema, que en realidad no aprovechamos la mitad de la comida que produce el planeta, por calidad, enfermedad, caducidad… y las frutas son muy proclives a “echarse a perder”.

De ahí la importancia de este evento, porque de ahora en adelante el mango va a poder formar parte del postre de muchos más comensales fuera de nuestras fronteras, quienes seguirán preocupándose por los residuos químicos tóxicos que contienen otros alimentos, pero no por nuestro sabroso mango, que ya podrá ser producido sin el uso de fungicidas de tipo químico.

Colaboración interinstitucional

Todo inició a principios del milenio, cuando los investigadores de la UNAM y del CIAD concurrieron a un congreso, expertos estos en fitopatología, microbiología y tecnología de alimentos, y en ingeniería de bioprocesos los del IBt.

“Los colegas del CIAD andaban buscando alternativas biológicas contra la antracnosis del mango, y su problema era cómo desarrollar formulaciones suficientemente buenas y cómo producirlas en gran escala. Coincidentemente, en esa época en nuestro laboratorio ya estábamos trabajando también en control biológico de algunos microorganismos fitopatógenos”, recuerda el doctor Galindo, Premio Universidad Nacional en el área de Innovación Tecnológica y Diseño Industrial en 2011.

A partir de entonces, acordaron desarrollar en equipo tecnologías de control biológico basadas en el uso de microorganismos enemigos naturales del hongo (Co-lletotrichum gloeosporioides) del mango. El objetivo era combatirlo no con productos químicos, que finalmente “contaminan” el alimento, sino con otro organismo que ataca y destruye a Colletotrichum y que es inocuo para los humanos y el medio ambiente.

Sí había productos comerciales que liberaban –en cierta medida– a los mangos de esta epidémica enfermedad, pero todos se basaban en fungicidas químicos sintéticos que, por razones de salud, cierran las fronteras al comercio de exportación por su residualidad toxicológica.

Un círculo vicioso

Nuestro país es un gran productor de esta deliciosa fruta, pero solo logra exportar cerca del 14% de su producción nacional, debido, en parte, a que es difícil conseguir mangos de buena calidad. Tanto los agricultores como los exportadores tienen que usar necesariamente fungicidas para limitar o eliminar el crecimiento del dañino hongo; sin embargo, aun logrando frutos de alta calidad, no se pueden exportar debido a los residuos de los fungicidas sintetizados químicamente. Ante tal situación, el equipo IBt-CIAD se propuso romper este círculo vicioso que ocasionan los fungicidas químicos.

Seis años después de iniciar el trabajo conjunto, una empresa exportadora oyó hablar del biofungicida (que ya estaba siendo probado en campo) y preguntó a los investigadores sobre su disponibilidad. “En ese momento sentimos la enorme necesidad de que nuestro biofungicida estuviera a disposición de los agricultores y exportadores. Hicimos varios intentos de licenciar la tecnología para que alguien lo produjera y comercializara, pero no prosperaron. No nos quedó de otra más que tomar en nuestras manos el nuevo proyecto, ya que de otra manera se hubiera quedado archivado. Tuvimos que transformar nuestra mentalidad de investigadores en una de empresarios, y creamos una empresa para que la UNAM y el CIAD le pudieran licenciar la tecnología y para establecer alianzas comerciales con fabricantes y distribuidores. Y así surgió Agro&Biotecnia, empresa en la que participo con el doctor Galindo y el biólogo Carlos Roberto Gutiérrez”, detalla el doctor Serrano, experto en el desarrollo y escalamiento de bioprocesos.

“El objetivo primordial de Agro&Biotecnia no es comercializar productos, sino que se trata de una empresa de base tecnológica enfocada al desarrollo de soluciones innovadoras para el campo, particularmente en el área de control de fitopatógenos”, resalta el investigador.

El primer biofungicida

Fungifree AB es la marca comercial del biofungicida desarrollado por el IBt-CIAD, el cual “controla la antracnosis en niveles iguales o superiores a los logrados por fungicidas químicos”. Su aplicación oportuna permite obtener mangos libres de residuos tóxicos, lo que incrementa significativamente sus opciones de exportación.

Se trata de un logro sin precedentes en México, por ser el primer biofungicida desarrollado por científicos mexicanos que llega al mercado. Además, también es el primer producto comercial que lanza al mercado una empresa spin-off del IBt, y en cuya etiqueta se incluye la leyenda: Producto formulado con tecnología del Instituto de Biotecnología de la UNAM y del CIAD-Culiacán.

“Contamos ya con los dictámenes de efectividad de la Sagarpa para aplicar Fungifree AB a otros cultivos, como papaya, aguacate y cítricos y su registro ya está en trámite ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Y no solo eso, sino que también estamos bastante avanzados en las pruebas de laboratorio y de campo de una tercera etapa de aplicación del Fungifree AB a otros productos hortícolas, como pepino y calabacitas. La antracnosis (y otras enfermedades ocasionadas por hongos) de esos cultivos puede ser controlada usando nuestro biofungicida”, amplía Serrano, quien en 2005 recibió la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos, en la categoría de Innovación Tecnológica y Diseño Industrial.

 

Un futuro halagador

Agro&Biotecnia se desarrolló en la Incubadora de Alta Tecnología del Centro Morelense de Innovación y Trans-ferencia de Tecnología. Después de obtener los permisos de la Sagarpa y de la Cofepris, otorgó la comercialización exclusiva del biofungicida a FMC Agroquímica de México, una empresa líder en la venta de productos agroquímicos en Latinoamérica, especialmente en Brasil y México.

El futuro inmediato es muy halagador para este equipo de científicos, pues cada día son más los consumidores de todo el mundo que prefieren alimentos producidos sin el uso de plaguicidas químicos.

 

Por José Antonio Alonso García

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