2019Reseñas

Adrián Paenza

RESEÑA

Adrián Paenza

Matemática… ¿Estás ahí? Sobre números, personajes, problemas y curiosidades, Siglo XXI Editores, col. Ciencia que ladra, 2006, Buenos Aires, 235 págs.

por José Antonio Alonso García

Hay libros que duran un día, y son buenos. Otros duran un año, y son mejores. Algunos duran muchos años, y son muy buenos. Y algunos más duran toda la vida, o casi, y esos son los imprescindibles. Matemática… ¿estás ahí? Puede ser uno de los muy buenos e incluso de los imprescindibles, porque es un manantial permanente de creatividad mental, un venero que inunda de preguntas, retos y desafíos las mentes y las voluntades.

En sus cinco capítulos: Números, Personajes, Probabilidades y estimaciones, Problemas, Reflexiones y curiosidades, el lector deambulará por mundos matemáticos tal vez inimaginables a través de numerosos ejemplos con diverso grado de dificultad; algunas serán curiosidades para deleite de la mente y en otros pasajes el lector enfrentará retos y desafíos de los que, hallada la solución, exclamará: “¡Pero cómo no me di cuenta! ¡Es tan lógico!”.

El autor, destacado matemático y periodista, invita al lector a una búsqueda de patrones y regularidades envolviéndolo en un universo en el que reina la ciencia, envuelta en enigmas, anécdotas, curiosidades y retos que desafían a las mentes más perspicaces.

Un ejemplo.

El problema de los tres interruptores

Se tiene una habitación vacía con excepción de un foco colgado del techo. El interruptor se encuentra en la parte exterior de la habitación. Es más: no solo hay un interruptor, sino tres iguales, indistinguibles. Solo uno de los interruptores prende la luz.

El problema consiste en lo siguiente. La puerta está cerrada. Uno tiene el tiempo que quiera para “jugar” con los interruptores. Puede hacer cualquier combinación que quiera con ellos, pero puede entrar en la habitación solo una vez. Al salir, uno debe estar en condiciones de decir: “Este es el interruptor que prende la luz”. Los tres son iguales y están en un inicio en la posición de apagado.

Para aclarar aún más: mientras la puerta está cerrada y uno está fuera, puede entretenerse con los interruptores tanto como quiera. Pero habrá un momento en que decidirá entrar en la habitación. No hay problemas. Uno lo hace, pero cuando sale tiene que contestar la pregunta de cuál de los tres interruptores es el que prende el foco.

Una vez más: el problema no tiene trampas. No se puede ver nada por debajo de la puerta ni hay ventana alguna por la que se pueda mirar hacia dentro. El problema se puede resolver.

(Para resolverlo, el autor recomienda hacer uso del pensamiento lateral)

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