El compromiso social de la UNAM

El conocimiento por el conocimiento se desvanece ante las exigencias de la sociedad de que también la ciencia universitaria colabore en la resolución de los problemas y en el bienestar de la población.
Desde mediados de los años noventa, las sociedades se dieron cuenta de que ya no podían cifrar sus expectativas de crecimiento solo en la fuerza de trabajo, sino que debía ser el conocimiento su palanca de desarrollo. Esta idea estaba fundamentada en lo que ahora se llama la sociedad del conocimiento, impulsada en gran parte por las tecnologías de la información.
En esos momentos comenzaron a cambiar algunos paradigmas, entre ellos la forma en que se hacía investigación en las instituciones de educación superior. La alta academia de nuestro país, por tratarse de fuertes corrientes globales, también afrontó el reto del cambio por ser las universidades la cuna natural del conocimiento científico y tecnológico, pilar fundamental del bienestar social.
Resolución de problemas nacionales
El Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación culminó su VII Seminario de educación superior, titulado “El compromiso social de la universidad”. En el módulo quinto participó como ponente el doctor Alejandro Canales, quien expuso el tema de “La concentración de la investigación científica y tecnológica en las universidades”.
La sociedad del conocimiento ha provocado que las instituciones académicas y la sociedad en general exijan mucho más a la investigación y a la generación de conocimiento orientado hacia las tecnologías, lo que se ha traducido en la llamada “Resolución de problemas nacionales”.
¿Cuáles son esos grandes problemas o retos que tiene nuestra sociedad? Experto en temas universitarios y sobre educación, Canales afirma que no son nada nuevos, porque desde la misma fundación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en los años setenta, se establecieron áreas y programas prioritarios de investigación, y que actualmente esa institución orienta sus recursos económicos hacia la investigación de siete macroproyectos, que son los grandes temas sobre los cuales las universidades pueden contribuir mediante su labor de investigación científica.
Vínculos más directos con la sociedad
Forzadas por los incentivos económicos que otorga el Conacyt para investigación, por sus propios cambios de lineamientos y las reformas en sus estatutos, las instituciones académicas y los científicos cada vez han ido estableciendo vínculos mucho más directos con el sector productivo, con el sector social, con los temas de consultoría, de diferentes maneras con una relación muy tangible y directa. “El científico que antes buscaba el conocimiento por el conocimiento ya no es actual”, reconoce Canales, doctorado en ciencias sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede México, en 2007, cuyas líneas de investigación son política en educación superior, política de evaluación y política científica y tecnológica.
La actitud de la Universidad se puede expresar en esta idea: “Ofrecer una mayor contribución de las áreas de investigación para formular propuestas a fin de resolver algunas de las demandas que plantean los diferentes sectores de la sociedad”, comenta el investigador. Cada vez son más los mecanismos que se orientan hacia este objetivo. En una década fungirán mecanismos mucho más directos que conecten lo que se hace en sus laboratorios con lo que está solicitando el entorno.
La importancia y transcendencia de la UNAM a nivel nacional la obligan a que se vincule más estrechamente con la sociedad y sus problemas, de la que recibe los recursos que hacen de ella la institución más grande e importante del país en formación de recursos humanos, generación y transmisión del conocimiento, así como por la actividad científica que se genera en sus laboratorios de investigación.
![]()
Por José Antonio Alonso García josealonso@cic.unam.mx




