Inteligencia, una aproximación a su entendimiento

En el Foro Ciencias, Artes y Humanidades en Diálogo organizado por la Fundación UNAM, en el marco de su 25 aniversario, tuvo lugar un intercambio de ideas sobre el concepto de inteligencia.
El investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS), Carlos Gershenson García, y el integrante de la Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia (CUAED), Erick Huesca Morales, coincidieron en que la inteligencia es tan indefinible como la vida misma. Se trata de un concepto difícil de encasillar porque provoca pensamientos encontrados.
Ambos reconocieron que esta condición no limita su abordaje, estudio y entendimiento. En términos pragmáticos puede haber concesiones para observar a la inteligencia desde distintos contextos, preferentemente desde un enfoque epistemológico, destacó Gershenson García, experto en modelos auto-organizantes.
En el Foro se dijo que son las ciencias cognitivas las que intentan descomponer este concepto para armar nuevos entendimientos que puedan dejar atrás formas decimonónicas de medirlo, abordarlo y tratarlo. Superar ideas en las que las calificaciones definan la inteligencia en un individuo.
Durante el diálogo surgieron preguntas como ¿es la inteligencia un campo exclusivo de los seres humanos?, ¿somos seres supremacistas?, ¿acaso se está dentro de un juego tautológico en el que el ser que se autodefine es inteligente per se ?, ¿ante qué nos enfrentamos cuando se habla de inteligencia?, ¿la inteligencia se cuenta en función del conocimiento adquirido? Para estos cuestionamientos no hubo definiciones tajantes, sino aproximaciones al entendimiento y generación de conocimiento.
El también consultor en convergencia digital, Erick Huesca, aproximó una forma en la que él ha entendido el concepto. “Es la capacidad que se tiene de interpretar de diversas maneras un símbolo para crear diferentes semánticas”.
Por su parte, Carlos Gershenson aproximó una frase para intentar entenderla “inteligencia es hacer algo que conlleva a una acción. Posteriormente, una tercera persona juzgará si la acción fue inteligente o no». El también estudioso de sistemas complejos destacó que se trata de una acción, la cual puede ser ejecutada por un animal, una máquina o un humano, aproximándose más al concepto de inteligencia artificial.
Luego de estas aproximaciones, los científicos llegaron al terreno de la inteligencia artificial, así como la relación máquina-humano.
Por un lado, Erick Huesca, quien es doctor en inteligencia artificial por la Universidad de Berkeley, señaló que el concepto lleva cinco décadas de incorporación en las ciencias de la computación. Desde su punto de vista, las herramientas tecnológicas con las que se convive actualmente han extendido nuestra forma de pensar bajo una lógica ligada al consumo y a la mercadotecnia: objetos inteligentes, inteligencia artificial, inteligencias múltiples. El concepto es múltiple y en la actualidad responde a muchas cosas a las que no necesariamente se les da la suficiente reflexión.
Externó que la lógica que rige a las sociedades actualmente está inmersa en lógicas binarias: me gusta, o no me gusta; blanco o negro. “Se convive en un esquema binario heredado desde Norbert Wiener y Arturo Rosenblueth, visiones que posibilitaron la sistematización y que han permitido estructurar la triada: datos, información, conocimiento”.
No obstante, destacó que cuando el entendimiento de la información se torna complejo, se hace indispensable la incorporación de lógicas difusas, la introducción de matices. De este modo, la lógica binaria se convierte en un paradigma a romper desde las ciencias computacionales y otras disciplinas.
De su lado, Carlos Gershenson, quien es coordinador del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Complejidad, expuso que “las computadoras han permitido estudiar cosas que antes no se podían. Nos hemos vuelto más dependientes de las máquinas, pero a su vez ellas también son más dependientes de nosotros”. Por esta razón, ve en el futuro cercano una simbiosis entre ambos sistemas y no una confrontación con las máquinas tipo Terminator. Por ejemplo, en algunos casos los sistemas artificiales ayudan a entender mejor los sistemas biológicos. La ciencia cuenta ahora con herramientas que le permiten avanzar y que hace tres décadas atrás solo se escribían en papel
Vislumbra que así como nosotros nos preguntamos sobre el propósito de nuestra existencia, en un futuro las computadoras podrían preguntarse lo mismo, y quizás en algún momento experimentar la compasión, intentando ponerse en el lugar de lo más próximo.
Primera revolución cognitiva
Ambos expositores destacaron que la humanidad se aproxima a una primera revolución cognitiva, no a una cuarta revolución industrial como se ha querido etiquetar al despegue de la robótica, pues ya se comienzan a plantear nuevas maneras de enseñanza-aprendizaje.
Coincidieron en que si bien el desarrollo tecnológico impulsa en cierto sentido el desarrollo de las sociedades, también plantea dilemas éticos.
Erick Huesca, por ejemplo, lanzó algunas preguntas sobre el papel de los asistentes tecnológicos como Siri, Alexa, Cortana, Loquendo. Por principio habría que reflexionar por qué la mayoría son mujeres y se les dan órdenes, ¿a caso este tipo de asistentes están jugando el papel de esclavos?, ¿las nuevas generaciones relegarán en un asistente las tareas que no desean hacer?, ¿cuáles serán nuestros alcances y limitaciones en un mundo tecnificado?, ¿cuál está siendo el valor otorgado al objeto, por encima del sujeto?, entre otros cuestionamientos.
Por Sandra Vázquez Quiroz
