
Por estar en un lugar de un gran dinamismo económico y social, ha de actualizar sus reglamentos internos y adaptarse a las demandas de formación de personal muy capacitado para colaborar en la resolución de problemas de la sociedad y la industria a través del conocimiento científico.
Desde los primeros días del mes de mayo, el nuevo director del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA), el Dr. José Luis Aragón Vera, estableció los horizontes que guiarán su trayectoria al frente de este joven centro de investigación, creado el 1 de abril de 2002.
“Hay que hacer muchas cosas. Tenemos que empezar cambiando el reglamento interno, que tiene 12 años, y hay actualizaciones en la legislación universitaria que no están contempladas. Por ejemplo, la participación de los técnicos académicos en el consejo interno, quienes ahora ya tienen el derecho a participar”,
inicia Aragón Vera, doctor en Física de Materiales por el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada.
Definida esta primera tarea, seguirá otro cambio en la estructura interna. El CFATA está estructurado en departamentos, sistema bastante más rígido que el orientado por proyectos de investigación. “Eso es lo que queremos, porque es más interesante. En el primero solo los jefes de departamento discuten los proyectos en consejo interno y toman decisiones; en el nuevo sistema los jefes de proyecto los analizan y defienden y así se vuelve más sano”, especifica el nuevo director.
Un tercer paso es la creación de reglamentos internos de evaluación del personal académico, “que no tenemos, pues nos regimos por el Estatuto de Personal Académico de la Universidad, documento que contiene algunos lineamientos poco precisos. Todos los centros ya han establecido aspectos más puntuales”.
Estas nuevas disposiciones tendrán como fundamento las dos fortalezas del Centro. Comenta el doctor Aragón que sus académicos son los más productivos del Subsistema de la Investigación Científica: “En el último informe estamos en 3.8 artículos publicados por investigador. El promedio del Subsistema es de 2.0”.
Otra fortaleza del equipo CFATA es su composición multidisciplinaria, pues entre los 33 académicos (18 investigadores y 15 técnicos) hay físicos, químicos, biólogos, ingenieros y expertos en computación. “Vamos a sacarle provecho a esto, pues estamos ubicados en la ciudad de Querétaro, un gran polo de desarrollo industrial”.
El escollo de la vinculación
Reconoce el nuevo director que la vinculación con las empresas y el sector público ha caído un poco. “Hay que levantarla”. Y recuerda uno de los éxitos logrados hace una década con la pintura antigraffiti, tecnología transferida mediante un convenio a una empresa privada y comercializada a nivel nacional. También, hace más de un lustro, en el Centro se desarrolló una torre de estirado de fibra óptica, de buena calidad y barata, cuya tecnología se transfirió a otra empresa privada, generando así recursos económicos para el Centro.
“Lo que necesitamos”, explica el científico, “para hacer buena vinculación, buena vinculación –repite– es un profesional que sepa ir a la industria, que venda nuestros proyectos tecnológicos, que conozca bien tanto el ambiente académico como el industrial”. La opción que contempla el director es ver si pueden “establecer convenios, no sé si lo permite la UNAM, que definan porcentajes, algo muy común en otros lugares”.
Laboratorio Nacional de Caracterización de Materiales
El proyecto más reciente del CFATA, y de peso, es el Laboratorio Nacional de Caracterización de Materiales (LaNCaM). El Centro cuenta con diez laboratorios de investigación: Alimentos, Catálisis, Fibras ópticas, Láseres, Nanobio-Óptica, Ondas de choque, Películas delgadas, Radiometría, Ultrasónica e Instrumentación y Desarrollo, y cinco más que conforman el LaNCaM: Difracción de rayos X, Espectroscopía óptica, Microscopía, Pruebas mecánicas y Dispersión de luz.
Afirma el nuevo director que el Centro recibe cuantiosos recursos por los trabajos realizados en el Laboratorio Nacional. De la industria minera llevan muchos materiales para conocer sus composiciones y análisis, así como de la automotriz y de otras instituciones académicas cercanas que no tienen equipo de última generación, como el Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT, UNAM) y el Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (CICATA, IPN). “Tanto que, a veces, los técnicos no se dan abasto de la cantidad de muestras que tienen por analizar. Debemos aprovechar al máximo todo el equipo”.
Asociado con la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, este Centro imparte la novedosa licenciatura en Tecnología. ¿Por qué novedosa? “La idea fue: si la industria o la innovación tecnológica requieren individuos capacitados en la multidisciplina, pues eso vamos a hacer”, explica Aragón. “A los alumnos se les da una formación seria en física, química, matemáticas, biología y computación. Se les advierte: ‘No van a saber más física que un físico o matemáticas que un matemático, pero van a tener una visión general muy amplia’. Cuando decidan ahondar en alguna de esas disciplinas, por intereses profesionales, ya tienen más conocimientos y herramientas académicas. En la segunda mitad, el tercer y cuarto semestres, se cursan las materias en las que cada alumno desea especializarse, asesorados por un tutor, quien los orientará dependiendo de los intereses profesionales”.
Afirma el director que los alumnos egresan bien preparados, pues “el año pasado un ex alumno fue aceptado en una maestría en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Y antes, dos egresados hicieron una maestría en la quinta mejor escuela de óptica del mundo, que está en la Universidad de Arizona”.
El nuevo director afirma que el campus Juriquilla, a través de su Centro Académico Cultural, está comprometido con la sociedad queretana, a la que ofrece muchos servicios culturales, como conciertos, ciclos de cine y teatro a un precio muy accesible, a los que puede acudir todo mundo. Además, los sábados hay actividades para niños de todo Querétaro. En general, el campus desarrolla una buena labor social, lo que ha contribuido mucho a mejorar la imagen de la UNAM, concluye Aragón Vera.
Por José Antonio Alonso García



