Murciélagos horticultores y controladores de plagas


Yassir Zárate Méndez
En la franja fronteriza norte de México, entre Sonora y Tamaulipas, investigadores han calculado que habitan entre 20 y 30 millones de murciélagos de una sola especie, el murciélago guanero (Tadarida brasiliensis mexicana).
“Cada millón de esos 20 o 30 millones de murciélagos que habitan en la franja fronteriza norte de nuestro país destruye 10 toneladas de insectos cada noche”, asegura el doctor Rodrigo Medellín Legorreta, en entrevista para El faro.
¿Qué pasaría si de la noche a la mañana perdemos esos 20 o 30 millones de murciélagos, que cada millón destruye 10 toneladas de insectos cada noche?
«Pues evidentemente los insectos se estarían acumulando noche tras noche, y eso querría decir que en unos tres o cuatro meses ya no tendríamos cosechas”.
Los murciélagos, esos horticultores alados
La página del doctor Medellín en el sitio del Instituto de Ecología refiere que “sus trabajos sobre ecología de comunidades y sobre murciélagos como indicadores y como proveedores de servicios ambientales como el control de plagas, la polinización y la dispersión de semillas han sido usados para justificar la creación de áreas naturales protegidas o para integrar planes de manejo. Su trabajo conjunto con otros colegas sobre protocolos para enlistar especies en riesgo es hoy una ley federal”.
Para este investigador, los murciélagos juegan un papel crucial en los ecosistemas donde se encuentran. Asimismo, nuestros cultivos de cereales, como el maíz y el arroz, o plantas con una ancestral tradición en el ámbito mexicano, como el maguey, reciben numerosos favores de parte de estos mamíferos alados.
Hoy sabemos que los murciélagos son los granjeros del bosque, un tipo muy especial de horticultores, porque están esparciendo semillas de muchísimas especies que inician el proceso de regeneración de las masas forestales.
Por otra parte, los murciélagos funcionan como polinizadores. En general, estamos acostumbrados a ver a los colibríes polinizando a las flores, aunque los murciélagos hacen lo mismo, pero en la noche.
“Si les gustan los nanches, los capulines, las ciruelas, las guayabas, los zapotes, los chicozapotes, los zapotes blancos y muchas frutas más, pues qué creen, se los debemos a los murciélagos, porque ellos han estado dispersando las semillas de estas plantas durante millones de años”, apunta.
Control de plagas con servicio nocturno
Desde el punto de vista de los ecosistemas, los murciélagos son muy importantes, porque se alimentan de muchos tipos de insectos; de hecho, son millones de insectos los que mueren en la boca de los murciélagos cada noche, como se refiere al inicio del artículo.
Además de que controlan las poblaciones de insectos en los ecosistemas, también de ellos depende la regeneración de los bosques. Así que los beneficios de su actividad son a todas luces relevantes.
“Si hoy ya se comieron un tamalito, unos taquitos, cualquier tipo de alimento que venga del maíz, ya están conectados con los murciélagos, y ahorita les voy a decir porqué. Lo mismo sucede con el arroz, con el frijol, con el chile, y hasta en cultivos como el algodón, porque los murciélagos son los controladores de plagas de esos cultivos y muchos más, más importantes y eficientes”, agrega el doctor Medellín, quien dirige el Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres del Instituto de Ecología de la UNAM.
Si todo eso lo traducimos a nuestra vida diaria, se puede apreciar que los murciélagos nos prestan numerosos servicios.
“Hemos demostrado nosotros y varios investigadores que hasta el 30% del algodón que se produce en el mundo es resultado de que los murciélagos han protegido el campo de algodón; en el caso del maíz, el papel de los murciélagos es aún más relevante, ya que del 60 al 70% de las cosechas las perderíamos si no tuviéramos a los murciélagos”, recalca el investigador universitario.
Santas amenazas, Batman
La amenaza más importante a los murciélagos no es necesariamente la pérdida del hábitat, sino la destrucción, la perturbación y el vandalismo en sus refugios. Nada como eso los ha afectado más.
“Esa vandalización usualmente se da por miedo, por desconocimiento, por aventuras de chavos. Por ejemplo, un joven le dice a otro ‘A ver, te reto a que te subas a la cueva y les eches unas pedradas a los murciélagos’. Con esas pedradas, que a lo mejor le pegaron a tres o cuatro, espantan a los murciélagos; a veces eso ocurre en un momento inadecuado del año, como cuando las hembras tienen a sus crías. Con esa perturbación, pues las hembras van a soltar a sus crías por el temor de ver la luz, de ver el movimiento, de escuchar el ruido que hacemos nosotros. Esa es la amenaza más importante que ha afectado a muchos murciélagos en todo el mundo”, explica a detalle el doctor Medellín.
Una segunda amenaza es la perdida de hábitat, sobre todo en los bosques tropicales y en los desiertos, donde los murciélagos dependen de agaves o cactus columnares, entre otras plantas, o incluso de otra parte del ecosistema donde los humanos llegamos y destruimos todo.
Agrega que en la Ciudad de México han documentado cuántas especies se encuentran asentadas. Hasta el momento de hacer la entrevista se habían contabilizado más de veinte.
¿Y qué pasaría en los ecosistemas si llegásemos a exterminar o a afectar de manera significativa la población de murciélagos?, se le inquiere al investigador del Instituto de Ecología.
“Bueno, yo nada más quiero invitarlos a que piensen qué pasaría; ya les dije que tenemos de 20 a 30 millones de murciélagos de una sola especie en la franja fronteriza norte. ¿Qué pasaría si de la noche a la mañana perdemos esos 20 o 30 millones de murciélagos, que cada millón destruye 10 toneladas de insectos cada noche? Pues evidentemente los insectos se estarían acumulando noche tras noche, y eso querría decir que en unos tres o cuatro meses ya no tendríamos cosechas”.
El caso del arroz Morelos
A propósito de la producción agrícola, Medellín Legorreta trae a colación el caso del arroz Morelos. “En este momento estamos empezando a hacer un estudio en el mismo sentido de ver qué pasaría si perdiéramos a los murciélagos en los campos de arroz en el estado de Morelos, que tiene denominación de origen”.
Sobre este grano en específico, pide al público que revise a conciencia si realmente está adquiriendo arroz Morelos. “Cuando vayan al súper o al mercado o a donde vayan a comprar arroz, si quieren comprarlo, ya sea pre-empaquetado, tengo que advertirles que hay muchos países que nos están metiendo una puñalada”.
Y es que el arroz Morelos solamente puede ser arroz producido en el estado de Morelos, y, sin embargo, si ustedes van ahorita a cualquier supermercado, van a encontrar arroz Morelos, pero cuando se revisa la etiqueta, en realidad proviene de Uruguay, Paraguay, Canadá o los Estados Unidos, y apenas una proporción muy reducida es originaria del estado de Morelos.
“Por favor, busquen ese arroz de Morelos que venga de México y ayuden a la producción agrícola de este país que se está muriendo”, exhorta.



