Por Yassir Zárate Méndez –
Fomentar el pensamiento crítico, constructivo, propositivo, cuantitativo y lógico es indispensable para tener una sociedad más justa, equitativa, resiliente y, por lo tanto, más viable a futuro, aseguró el coordinador de la Investigación Científica (CIC), de la Universidad Nacional Autónoma de México, William Lee Alardín.
Al participar este lunes en la conferencia de lanzamiento del en México, destacó que, en las últimas décadas, la ciencia ha contribuido al bienestar de millones de personas en todo el planeta, en expectativa de vida, en salud, educación y calidad de vida.
Y si bien reconoció que aún persisten “desigualdades lacerantes”, estas no se deben a un mal uso de la ciencia, “sino todo lo contrario. Sobre todo, persisten por una falta de ”.
Para Lee Alardín se necesita contar con una mayor interfaz, que sea más eficiente, efectiva y práctica entre las propuestas de solución y su implementación.
“No hay nada que sea más frustrante que saber que tenemos el conocimiento para resolver ciertos problemas, y que no se use para resolver estos problemas. Esto aplica a cosas muy diversas: al agua, a los derechos humanos y la protección de las personas, a los impactos socioeconómicos, al uso sustentable de recursos, a la marginación de energías limpias, a la educación y a la salud”, asentó el titular de la CIC.
Ciencia y pandemia
El doctor William Lee refirió que vivimos momentos complejos, que demandan de toda la sociedad y de todos los actores, acción y medidas basadas en conocimiento en todas las áreas, para tener un mejor futuro.
“La pandemia nos ha demostrado que la generación de conocimiento es una herramienta indispensable para el bienestar de la sociedad, pero, paradójicamente, a veces vemos situaciones en las que no se tiene la congruencia completa entre lo que se dice, por un lado, y lo que se hace”, acotó.
Lee Alardín confió en que la actual contingencia sanitaria global, ocasionada por la COVID-19 finalizará de la mano de mejoras en terapias novedosas, en vacunas, y en adaptación, de nuestra parte, también, para minimizar los riesgos.
“No puedo decirles exactamente cuándo va a terminar la pandemia, pero estoy convencido, que se va a terminar. Lo que también sé es que terminado esto, no se terminan los problemas, los riesgos y muchas de las fragilidades que tenemos ante esta clase de eventos. Y mucho menos en el caso del cambio climático, que sigue siendo un poco el elefante en el cuarto, del cual no hemos hablado tanto en los últimos diez meses por razones obvias, pero que sí va a requerir de toda nuestra creatividad para seguir adelante”.
Sobre este punto, el doctor José Saniger Blesa, co-coordinador de la Red SDSN México por la UNAM, expuso que se trata de un llamado a la urgencia y al compromiso de la acción conjunta.
“La gravedad de la actual situación, junto con la carencia de acciones concertadas que tenga la estatura del problema que estamos enfrentando, difícilmente nos permite ser optimistas sobre el cumplimiento de las metas de la Agenda 2030 si no imprimimos un notable ímpetu adicional a nuestra acción a las semanas y los meses inmediatos”, indicó.
Primeros resultados
Saniger Blesa recalcó que a veinte meses de la presentación de la iniciativa, en un acto efectuado en el Palacio de Minería, se han logrado avances significativos.
“El reto era que se promovieran, desde la academia, proyectos intersectoriales que supusieran un avance en el cumplimiento de las metas asociadas con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Este reto no se hubiera podido lograr, sin la participación del equipo de jóvenes voluntarios”, destacó Saniger.
En cuanto a las características de los proyectos ya incorporados al banco, destacó que provienen de todos los sectores sociales, con una amplia representación de la academia. Esa particularidad y los resultados del trabajo se pueden apreciar en la plataforma habilitada exprofeso.
“Este acompañamiento de los proyectos, nos ha permitido formar comunidad con los responsables y participantes, algo que consideramos como un valor adicional de este esfuerzo”, apuntó el co-coordinador.
Diversidad e importancia de las propuestas
La Red SDSN tiene como misión aglutinar el bagaje de conocimientos de las universidades participantes, que para estos momentos son más de 60, poniéndolo al servicio de los grandes retos a los que se enfrentan el país y el resto del mundo. Se trata de retos que plantean una amenaza frontal a la viabilidad de la sustentabilidad ambiental, económica y social.
“Estamos ante un problema complejo y el encomiable esfuerzo realizado por los países integrantes de Naciones Unidas nos entrega a través de la Agenda 2030 un desglose de los componentes elementales de esa complejidad: los 17 objetivos de desarrollo sostenible y sus metas asociadas. Una vez que se nos dio realizado este análisis, nos toca abordar en una siguiente etapa la síntesis para cerrar el ciclo del conocimiento”, acotó el también académico.
En esta síntesis, se tendrá que encontrar las interacciones entre los ODS para definir las claves que permitan plantear las soluciones integrales al problema. Será un ejercicio intenso y retador, que la comunidad académica en su conjunto debe asumir.
Mientras se desvelan las claves de esta estrategia integrada, los participantes se encuentran trabajando con soluciones parciales que difundirán y articularán para acercarse a la integralidad por la vía de la acción, expuso.
Desarrollo sostenible. Descubriendo nuevas formas de colaborar.
La Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible (SDSN) de la ONU opera desde 2012 bajo los auspicios del Secretario General de la ONU. SDSN moviliza la experiencia científica y tecnológica mundial para promover soluciones prácticas para el desarrollo sostenible, incluida la implementación de los ODS y el Acuerdo Climático de París, refiere la página electrónica de esta iniciativa.
Los proyectos presentados este 23 de noviembre, en sesión virtual, son “esperanzadoras”, de acuerdo con Saniger Blesa, quien anotó que se encuentran “en el buen camino, pero también sabemos que aún es insuficiente. No importa qué tan complejas y difíciles sean las actuales coyunturas políticas y sociales, no importa, incluso qué tan dolidos o afectados nos podamos sentir en consecuencia a nivel personal o gremial”.
Por eso, consideró que las nuevas y futuras generaciones no justificarán la dilación “y nosotros tampoco podremos hacerlo. “No tenemos tiempo para posponer la acción transformadora. Necesitamos la conjunción de todos los sectores, y no tenemos una misión más urgente que esta. Ni más urgente, ni más importante. Seamos conscientes de ello y unamos los esfuerzos, estemos al servicio de la nación y del planeta, y estemos todos unidos”, remarcó.
La Agenda 2030
El 25 de septiembre de 2015, la Asamblea General de la ONU adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Se trata de “un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia”.
Los países que integran a ese organismo multilateral aprobaron una resolución en la que reconocen que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza y afirman que sin lograrla no puede haber desarrollo sostenible.
La Agenda plantea 17 Objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental.
