Asómate a la Ciencia

Programa Pauta

Alejandro Frank Hoeflich

Alejandro_Frank_HoeflichComo parte de este esfuerzo, en México un grupo de científicos de la UNAM, en colaboración con el CONACYT, la Academia Mexicana de Ciencias, la SEP y otros organismos ligados con la educación, propone la creación del proyecto «PAUTA»Programa Adopte uTalentoPAUTA tiene como propósito identificar, impulsar y dar apoyo financiero e informativo a estudiantes de todo el país, de todas las clases sociales, de todos los grupos étnicos y de todos los niveles, particularmente a aquellos con talento especial para las Ciencias.

En este proyecto se plantea establecer programas piloto en tres estados de la República con diferentes niveles educativos y con problemáticas de muy diversa índole. El propósito de esta primera fase es el de probar los métodos, realizar trabajo de campo y evaluar las estrategias que puedan conformar bases sólidas para el establecimiento de un proyecto a nivel nacional

 

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Hace casi una década, a un grupo de inquietos científicos le caló hondo el repetido hecho de que cada año a los alumnos de nuestro país les iba bastante mal en la prueba PISA (Programme for International Student Assessment) o en la Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares, mejor conocida como ENLACE, y que la actual administración federal está por sustituir. En 2012, por ejemplo, el 55% de los alumnos mayores de 15 años no alcanzó el nivel de competencias básico en matemáticas, el 41% en comprensión lectora y el 47% en ciencias.

Acostumbrados a las exigencias y buenos resultados del método científico decidieron crear PAUTA (Programa Adopte un Talento) y comenzaron a trabajar con el enorme apoyo de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). “Es un proyecto del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) y de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) que inició en la AMC hace nueve años”, precisa el doctor Jorge Gustavo Hirsch, uno de los fundadores y ahora integrante del Consejo Directivo.

Retribuir a la sociedad

Es un privilegio estar en un lugar tan hermoso como la UNAM y tener condiciones tan favorables para la docencia y la investigación, prosigue el científico. “Los que hemos estudiado desde la licenciatura aquí lo hemos disfrutado durante muchos años. En el origen de los fundadores de PAUTA está la enorme necesidad de retribuir y compartir”, recalca, “pues alrededor nuestro hay tantas carencias, tantos muchachos, muchachas, jóvenes que probablemente tienen igual o más capacidad y merecimiento, y se les están negando las oportunidades de salir de la pobreza, de desarrollarse como seres humanos plenos”.

PAUTA tiene como propósito identificar, impulsar y dar apoyo académico, y en algunos casos también financiero, a estudiantes con talento para las ciencias, las matemáticas y la tecnología, sin que importe el nivel socioeconómico, el sexo ni el grupo étnico.“Trabajamos con clubes de ciencias y talleres para niños y profesores, con proyectos para jóvenes interesados en las ciencias. Invitamos a profesores de educación básica que quieren construir y aprender más herramientas para trabajar temas de ciencia y matemática con los estudiantes a participar en talleres basados en retos, talleres de trabajo colaborativo y de respuestas abiertas. En lugar de memorizar frases, los maestros lanzan retos para que los niños indaguen, reflexionen y, en grupo, construyan soluciones. La filosofía de esta iniciativa es el constructivismo, basada en que cada persona y cada grupo construye su conocimiento”, especifica el doctor Hirsch.

De  Michoacán a Chiapas

Explica este científico especialista en estructura de la materia que durante tres años realizaron un proyecto con la Subsecretaría de Educación Superior para trabajar en las escuelas normales en las cuatro entidades en que está presente PAUTA, pero con el cambio de sexenio y de políticas se canceló ese apoyo.

En Michoacán, los coordinadores del programa son un profesor-investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y una profesora de la SEP estatal. PAUTA unió sinergias con un grupo preexistente orientado a la difusión de la ciencia. “Nosotros, con una orientación más educativa, empatamos rápidamente y unimos esfuerzos”.

Los clubes de ciencia también están operando en Chiapas, donde, además, se desarrolla un proyecto específico con adolescentes y niñas, “es un programa con perspectiva de género, porque en las comunidades indígenas las niñas padecen una triple exclusión social, por ser pobres, por ser indígenas y por ser mujeres”. Es un grupo formado por 25 niñas y jóvenes, desde primaria hasta algunas que ya están en la universidad. Una vez al mes, acompañadas de sus mamás, acuden desde comunidades lejanas y se reúnen con una investigadora, a veces emérita, conviven y conversan. Es una mujer mexicana, científica de primer nivel, exitosa, que comparte con las niñas y adolescentes un taller sobre un tema específico de su especialidad, cómo se aplica ese conocimiento para ayudar a resolver los problemas sociales y del entorno, y los retos y satisfacciones de su vida como mujer.

Hace un par de meses, PAUTA firmó un convenio con la Secretaría de Educación del estado de Chiapas para apoyar un nuevo programa de educación ambiental. “Un programa muy hermoso, diseñado por investigadores de la talla de Julia Carabias y José Sarukhan. PAUTA colaborará en la formación de docentes para fortalecer los contenidos en los salones de clase”, explica Hirsch.

A diferencia de Michoacán y Chiapas, en el estado de Morelos el programa empezó desde cero, convocando a los interesados y formalizando después los vínculos con expertos en enseñanza de la ciencia. En esta entidad hay más de 250 alumnos participando en los clubes y talleres de ciencias.

También en la ciudad de México opera PAUTA. Algunos jóvenes empezaron a participar en los talleres de ciencia en primaria, pasaron a secundaria y después a preparatoria y aún siguen participando. Uno de los grupos, el de robótica, lleva siete años en este programa y durante este ciclo escolar se presentó a la competencia regional de Lego y la ganó, por lo que pronto va a participar a nivel nacional.

La Organización de los Estados Americanos reconoce a PAUTA como un programa que favorece el modelo internacional STEM: Science, Technology, Engineering, Mathematics, disciplinas que se consideran fundamentales en las sociedades tecnológicamente avanzadas. Con el auspicio de este organismo supranacional, un equipo del programa acudió recientemente a Ecuador a presentar esta propuesta de clubes de ciencia en varias instituciones académicas. “Regresaron muy contentos”, refiere el directivo.

Ampliando horizontes

La lista de estados candidatos a implementar el programa de clubes de ciencias es amplia. Sonora es uno de ellos, “pero debemos crear un PAUTA Sonora con los mismos maestros sonorenses, juntos, ellos y nosotros. Así como no podemos dar a los niños el conocimiento, sino que cada uno tiene que construirlo, tampoco podemos inventarnos de la noche a la mañana un PAUTA Sonora”.

Tabasco ha tenido, en los últimos seis años, varios intentos de implementarlo. Hay un equipo muy motivado en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco listo; incluso ya se ha capacitado en un par de ocasiones a los profesores, pero, buscando que el proyecto se desarrolle lo mejor posible, ha sido necesario posponerlo.

Este programa recibe el apoyo de Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que también tiene un programa para niños talento; de Fundación SM, en el proyecto específico de niñas indígenas en Chiapas; también de Bécalos, de Fundación Televisa. La Fundación Kellog financia los clubes de ciencia chiapanecos en primarias indígenas y telesecundarias. Los clubes de ciencia en el DF, Michoacán y Morelos están apoyados por la Fundación Canales de Ayuda. También han aportado su ayuda la Subsecretaría de Educación Superior y la Subsecretaría de Educación Media Superior.

En PAUTA hay espacio para que colaboren todos los interesados, desde ofrecerse para ir a dar una plática, proponer materiales, dedicar un tiempo voluntario a algunas actividades específicas. También hay oportunidad para los jóvenes que quieran dedicarle medio tiempo; incluso los estudiantes de licenciatura pueden hacer el servicio social. “Hay mucho campo para colaborar”, concluye el doctor Hirsch. Si quieres más información, escribe a este correo electrónico: info@pauta.org.mx

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