SARS-CoV-2

Ciencia básica, fundamental para frenar al SARS-CoV-2
Por Yassir Zárate Méndez
Una nueva pandemia afecta a todo el mundo. Millones de personas se han visto afectadas de una u otra forma. Para hacer frente a esta contingencia, la ciencia es indispensable.

Desde la aparición de nuestra especie, hemos tenido una relación muy singular con diferentes microorganismos. En algunos casos, el trato es mutuamente benéfico, como en el caso de las bacterias que colonizan algunos de nuestros órganos, por ejemplo, los intestinos; en ese caso concreto, ayudan en el proceso de digestión de los alimentos.En cambio, otros microorganismos son dañinos para nuestra salud. Un claro ejemplo es el de ciertos tipos de virus. Un virus es algo fascinante: no está vivo… pero tampoco está muerto. De hecho, bien puede decirse que pone al límite el concepto de vida. A diferencia de las bacterias, un virus es incapaz de reproducirse por sí mismo. Necesita una célula huésped, a la que penetra y utiliza como una suerte de incubadora; en ese proceso la destruye, no sin antes esparcirse en busca de más células.
Nuevo virus
Ahora mismo el mundo entero se encuentra en una contingencia sanitaria, que prácticamente ha obligado a recluir en sus viviendas a cientos de millones de personas. El causante es el SARS-CoV-2, una nueva especie de virus de la subfamilia Orthocoronavirinae, integrante a su vez de la familia Coronaviridae. Comúnmente se les conoce como coronavirus. El SARS-CoV-2 ocasiona una enfermedad contagiosa denominada COVID-19.
Hasta el momento en que se redacta esta nota, y de acuerdo con el reporte diario que efectúa la Organización Mundial de la Salud (OMS), a partir de los datos emitidos por los servicios de salud de cada país, había más de 1,130,000 personas contagiadas en prácticamente todo el mundo. También consignaba 62,784 fallecimientos. La región más castigada es Europa, con más de 620,000 contagios y 46,416 muertes.
En entrevista, la doctora Laura Palomares Aguilera, del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, explica a El faro que SARS-CoV-2 tiene estos efectos en las personas, debido a que “nunca antes nos hemos enfrentado a él. Por lo tanto, nuestro cuerpo todavía no tiene defensas para este virus, y entonces nos infecta y tiene consecuencias importantes para nuestra salud”.
Al respecto, la OMS establece que “tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019”.
En otras palabras, este nuevo coronavirus ha tomado por sorpresa a los sistemas de defensa de nuestro cuerpo: “No tenemos lo que llamamos inmunidad, es decir, nuestro sistema inmune todavía no lo ha reconocido como un agente que le puede causar daño, y no está preparado para evitar la infección”, destaca Palomares Aguilera.
La investigadora universitaria coincide con lo que han señalado otros expertos sobre el origen del SARS-CoV-2: “También sabemos que este virus tuvo su origen en animales, prácticamente se trata de un virus que tuvo primero un huésped animal y después pasó a los humanos”, indica la investigadora.
Cómo enfrentar a la COVID-19

¿Pero cómo combatir a un enemigo para el que hasta el momento no hay vacuna ni tratamiento específico? De entrada, destaca las recomendaciones emitidas por las autoridades del país, en cuanto al llamado distanciamiento social y el lavado continuo de las manos.
“Lo mejor lo tenemos en la mano cada uno de nosotros, que es hacer lo que ya se ha insistido y que no puedo dejar de insistir, que es mantener el distanciamiento social, el lavarnos las manos, el estornudar en el pliegue del antebrazo y, sobre todo, ser conscientes y cuidarnos a nosotros mismos”, refiere la doctora Palomares.
De hecho, subraya que estas medidas son la mejor prevención, no solamente para este virus, sino para otros virus respiratorios, que también nos afectan cada invierno.
Destaca que en caso de que se presenten síntomas de la enfermedad (tos seca, fiebre, cansancio, dolor de garganta, diarrea, dolores, congestión nasal y rinorrea), la persona debe permanecer aislada en casa, para evitar los contagios. Sin embargo, si hay insuficiencia respiratoria, esto es, dificultad para respirar, o fiebres muy altas, “debemos ir a nuestro centro de salud, para ser atendidos”.
En otro terreno, Palomares Aguilera refiere que científicos de todo el mundo, incluidos los de la UNAM, trabajan contra reloj para diseñar tratamientos efectivos contra la COVID-19. En primer lugar, está el desarrollo de una vacuna.
“Las vacunas, sin duda, son la mejor manera de contender con cualquier patógeno, ya que evitamos o prevenimos la enfermedad”, destaca la investigadora del IBt, quien acota que, en el desarrollo de vacunas, el proceso es mucho más largo.
“Debemos recordar que, a diferencia de un antiviral, que se aplica a un paciente enfermo, las vacunas se aplican a la población sana. La posibilidad de que pudiera haber un efecto adverso es inaceptable. Por lo tanto, se requiere la evaluación clínica muy amplia de las vacunas”, subraya.
Además, el diseño de las vacunas es algo complejo, que también requiere más tiempo para su desarrollo y producción. De hecho, se prevé que ninguna vacuna contra el SARS-CoV-2 esté lista este mismo año.
Por lo tanto, lleva mano el uso de antivirales. De hecho, varios ya se están evaluando y presentan condiciones promisorias para emplearlos en el tratamiento de la COVID-19. “Los antivirales se pueden evaluar mucho más rápido que una vacuna. También podemos, de una manera más rápida, evaluar cuál es su efecto en la salud; muchos de ellos son fármacos que ya existen y que se han evaluado con anterioridad en los humanos”, asienta.
La participación de la UNAM
Para la doctora Palomares, la ciencia básica es fundamental para hacer frente al SARS-CoV-2. “Definitivamente es necesaria para poder entender al virus, y entonces poder tomar acciones las que sean más eficientes, sobre todo en el futuro”, abunda.
Sin embargo, considera que en el caso de nuestro país, “la masa crítica de científicos es insuficiente. Tampoco tenemos la infraestructura necesaria para desarrollar nuevas vacunas. Por lo tanto, considero que, tanto la ciencia básica que está aportando en el conocimiento del virus, como también el gobierno, con políticas públicas que fomenten el desarrollo y producción de vacunas, y la iniciativa privada, que al final del día serán las que comercializarán estos nuevos desarrollos, estén integrados en estrategias que nos permitan ya no responder a esta pandemia, desafortunadamente, sino para la pandemia que seguramente vamos a tener dentro de cinco o diez años, como ya lo vimos de 2009 a la fecha”.
A pesar de estas condiciones adversas, la Universidad Nacional se ha volcado de lleno para contribuir a encontrar soluciones. Al respecto, la doctora Palomares destaca que la UNAM ha hecho un esfuerzo muy importante de comunicación para la sociedad, “para mantenernos todos bien informados”.
Adicionalmente, destaca que el grupo del doctor Carlos Arias y de la doctora Susana López, ambos del Instituto de Biotecnología, “están haciendo un esfuerzo, no solo de diagnóstico, sino también de secuenciación de los virus que están circulando en México, con el fin de poderles dar este seguimiento durante el tiempo”.
Por otro lado, desde la ciencia básica, las facultades de Medicina y de Ciencias, así como el propio Instituto de Biotecnología, “estamos trabajando con el desarrollo de métodos de diagnóstico, de candidatos a vacunas y también con inmunoterapia. Vale la pena resaltar que estos desarrollos toman mucho tiempo, como ya dijimos antes. No quiero crear la falsa expectativa que mañana va a haber una vacuna, como vemos en las noticias a cada hora, lo cual no es real, porque la evaluación de vacunas requiere mucho tiempo, pero sí la investigación básica que se está haciendo también en cuestiones básicas de virología, y de entender el virus, son indispensables para poder responder mejor a los virus que pueda haber en el futuro”.
Asimismo, resalta otras medidas tomadas por la Universidad, como la suspensión anticipada de clases y el paulatino descenso de actividades para evitar la propagación del virus.
“Es muy importante tomar en cuenta que se sabe que el 85% de las infecciones provienen de pacientes asintomáticos. Es gente que tiene el virus, pero no lo sabe, porque no se le manifiesta de ninguna manera, pero aún así lo transmiten a personas altamente susceptibles. La comunicación y la conciencia de que debemos permanecer en nuestras casas y seguir estas medidas que se nos han repetido extensamente, son muy importantes y esa es una acción importante, que está siguiendo la UNAM dentro de su comunidad”.
Ante esta contingencia y otras de naturaleza similar, la ciencia básica tendrá un papel decisivo.



