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Murciélagos en Chapultepec

Por Yassir Zárate Méndez

El murciélago mexicano de lengua larga o murciélago trompudo (Choeronycteris mexicana) es una de las numerosas especies nativas de nuestro país que se encuentra amenazada por la actividad humana.

La distribución de este mamífero volador alcanza a buena parte del territorio nacional, incluida la Ciudad de México, donde su presencia, prácticamente inadvertida, significó una agradable sorpresa.

El contacto con Choeronycteris mexicana ha motivado una serie de trabajos para acercarse más a estos animales, que tienen un papel fundamental en la polinización de varias especies de plantas.

Un visitante distinguido del Zoológico de Chapultepec

Como muchos otros espacios públicos, el Zoológico de Chapultepec cerró sus puertas debido a la contingencia sanitaria ocasionada por la COVID-19. La vida de sus inquilinos siguió adelante, sin paseantes ni curiosos. Fue un remanso de tranquilidad, comparado con los ajetreados días anteriores al confinamiento.

Sin embargo, hubo un anónimo paseante que siguió con la costumbre de darse sus vueltas por el Zoológico, a donde iba de manera muy discreta, tanta, que nadie se había dado cuenta de su presencia.

Rodrigo Medellín Legorreta

Se trata del murciélago mexicano de lengua larga o murciélago trompudo, un distinguido visitante del que nadie tenía noticia, como relata a El faro el doctor Rodrigo Medellín Legorreta, del Instituto de Ecología (IE), de la UNAM.

Los murciélagos fueron ubicados en unos cactus columnares, pertenecientes a la especie Pachycereus pecten-aboriginum, mismos que fueron sembrados hace más de treinta años y que se encuentran en el encierro de las hienas cafés que tiene a su cuidado el zoológico.

Gracias a una cámara trampa, un dispositivo que toma automáticamente la foto de los animales cuando pasan frente ellas, fue como se pudo documentar la recurrencia de los alados visitantes.

Una vez confirmado el avistamiento, el doctor Medellín gestionó con la dirección del Zoológico de Chapultepec la posibilidad de colocar redes que permitieran capturar a algunos de los murciélagos. Todo el hallazgo ha sido una sorpresa.

“Digo, cómo es posible, cómo llegaron estos animales aquí. Estamos en el centro de la mancha urbana de la Ciudad de México, lo que es significativo. Ahí están. Ahora seguimos avanzando en el proceso de analizar todo eso. Hoy ya tenemos un proyecto en donde estamos documentando cómo esos murciélagos trompudos y otras especies de murciélagos nectarívoros están utilizando la mancha urbana”, abunda el investigador del Instituto de Ecología.

Se trata de un proyecto ambicioso, que ya tiene diferentes ramales y cuyos frutos se esperan a la brevedad.

Proyecto en marcha

Ahora, gracias a este descubrimiento, se han habilitado cuatro sitios para registrar la presencia de otras especies de murciélagos. Se trata del Jardín Botánico de la Universidad Nacional, el Jardín Botánico de la Ciudad de México, el Zoológico de Aragón y el Zoológico de los Coyotes, ubicado este último en lo que fue la zona chinampera de Xochimilco, una de las áreas más afectadas de la otrora región más transparente del aire.

“A esos lugares es donde estamos yendo dos noches al mes para capturarlos y efectivamente, ahí están. Esto, lo que significa en realidad, y ya después de la sorpresa y el hallazgo de encontrar que los murciélagos son capaces de vivir en esta urbe espantosísimamente contaminada que tenemos, es que la diversidad biológica nos está tendiendo una ramita de olivo”, reflexiona el doctor Medellín.

El galardonado investigador nos invita a respetar la vida de los animales silvestres con los que convivimos, porque, a final de cuentas, ellos son los verdaderos dueños de los espacios que ahora ocupamos con nuestras casas y todo lo demás que hemos ido construyendo a lo largo de los años, una progresiva invasión que ha ocasionado la desaparición de numerosas especies.

“Estamos haciendo un llamado a toda la población, no solamente de la ciudad de México, sino de todas las ciudades del país y del mundo, a que toleren, a que compartan el espacio con los animales silvestres que viven aquí. La gente ve cacomiztles y dice ‘Dale un garrotazo’. Ven un tlacuache, y lo primero que dicen es ‘Qué feo está. ¡Pégale!’. Por qué tenemos que agredirlos, si ellos vivían aquí. Hay que dejarlos que vivan su vida; se trata de compartir con los animales que son los verdaderos dueños de donde vivimos hoy”, acota el universitario.

Ahora más que nunca se requiere que sepamos convivir de manera responsable y respetuosa, con el resto de las especies con las que compartimos el entorno.

El papel de los murciélagos

En el caso particular de los murciélagos, estos mamíferos juegan un papel fundamental en la polinización de diferentes plantas. Información de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México refiere que “la polinización es un proceso vital para el mantenimiento de la biodiversidad en la tierra. De ella depende la reproducción de cerca de 90% de las plantas con flor, las cuales desaparecerían si sus visitadores no las polinizaran”. Uno de esos visitadores es el murciélago trompudo o de lengua larga.

El crecimiento de los asentamientos urbanos y la agricultura extensiva están afectando irremediablemente la dinámica de vida de la vida silvestre, lo que se aprecia de manera dramática en una megalópolis como lo es la Ciudad de México. Sin embargo, la naturaleza sigue dándonos numerosas oportunidades para lograr una convivencia armoniosa.

Por ello, es crucial cuidar y respetar los sitios donde viven especies como los murciélagos de lengua larga. Este hallazgo ofrece una nueva perspectiva, además de la sorpresa que representa, como no se cansa de repetir el doctor Medellín.

De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, el murciélago trompudo se encuentra catalogado como una especie amenazada, a pesar de tratarse de un nectívoro “fundamental en las labores de polinización”, como asienta la Secretaría del Medio Ambiente de la capital del país.

Los estudios que efectuarán el doctor Rodrigo Medellín y su equipo del Instituto de Ecología nos permitirán asomarnos a los hábitos de esta especie que se encuentra amenazada, y así establecer un lazo con nuestros compañeros de viaje, que además son nuestros estrechos colaboradores en tareas como la agricultura y el control natural de plagas.

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